Recuerdo lo emocionada que estaba cuando fui a la librería para comprarme la segunda parte. Fue sostener el ejemplar entre mis manos y pagarlo, e ir a derechita a casa para empezar a leerlo cuanto antes. Al acabar el libro, a pesar de que el final era muy abierto y de infarto, no terminó gustándome tanto como esperaba. Lo encontré regular en comparación con el primero y pensé: “Seguro que el tercero estará mucho mejor”. Pero fue todo lo contrario, ¡lo encontré aún peor!
Estaba a punto de no leerme el cuarto, pero al final lo hice por dos razones: tenía curiosidad de ver como terminaba la historia y por otro lado me apetecía tener la saga completa. Y de los cuatro este último ha sido el más malo de todos.
La historia del primero está muy bien hecha y se resuelve casi todo en el mismo libro. En los siguientes la autora tira de tramas más secundarias metiéndoles más y más rollo. También había muchos giros a los que no encontraba sentido, y personajes que no tenían demasiada importancia de repente la adquirirían. Y se trataba de personajes que en mi opinión no tenían nada de especial. Recuerdo que cuando termine esta saga le pregunte a una amiga mía superfan de esta saga (Dana) las cosas que no terminaron de encajarme. Ella me dio explicaciones que en un principio parecían tener sentido, pero luego me di cuenta de que eran tan vacías como las que daba la autora.
Por lo dijo la autora, al principio tan solo iba a hacer dos o tres libros, pero este primero gustó tanto que hizo que se convirtiesen en cuatro. Es lo que hay cuando tu libro se convierte en un bestseller, se vuelve tan famoso que los fans y editores piden más y más libros. Creo que debería haberse ceñido a lo que tenía previsto y no haber cedido ante la presión antes de ponerse a dar giros inexplicables y cosas sacadas de la manga en el último momento.
De Nora no tuve ninguna queja en el primer libro, me pareció una buena protagonista. Pero con el paso de los libros se volvía cada vez menos inteligente hasta decir y hacer cosas que no van con su personalidad. Esto no me gustó nada y empecé a odiarla. En cambio Patch me enamoró casi desde la primera página con su actitud de chico malo y rebelde envuelta en un aura de misterio. Según avanza la historia y conocemos más a este chico, ese halo de misterio en él fue desvaneciéndose y también empieza a volverse menos malo y más bueno. Y si quitamos todas estas cosas que me encantaban de él tan solo queda un chico guapo. Está bien que los chicos en los libros estén más buenos que el pan, pero si no tienen algo que los haga destacar, pierde interés.
La relación entre Patch y Nora me gustó muchísimo, de hecho las escenas en las que aparecen juntos y él empieza a tontear con ella son mis favoritas. Recuerdo que cuando leí el primer libro lo que me gustaba hacer mientras esperaba el siguiente era releerlas una y otra vez hasta que me cansaba. Como pareja también viven momentos duros y de tensión entre ellos, pero como sucede en estas novelas el amor prevalece hasta el final.
Resumiendo, puede que esta saga me haya parecido malísima, pero también le he encontrado sus cosas buenas. No pretendo desanimar a nadie con esta reseña, porque puede que a mí no me gustase, pero a otros seguramente sí. De hecho, como ya mencione antes, tengo amigas que también la han leído y les ha encantado. Yo os recomiendo que solo leáis el primero, porque realmente merece la pena, y si queréis también leer el resto yo no voy a ser quien os detenga. Deberíais hacerlo especialmente si os gustan las historias de ángeles y el romance.
¡Nos vemos!
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